viernes, 30 de enero de 2009

Cierra estas palabras como un círculo como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.............. Jaime Sabines


Hola a todos, no se cómo empezar sin embargo dejaré claro que a más de un año de distancia aún me duele el corazón. Si me duele y reconozco que no es fácil dejar atrás a la persona que significaba las motivaciones, alegrías, sueños y tristezas. Nada sencillo; recurrí a los métodos convencionales, como que pase el tiempo, ír a la tlapalería en busca de uno o muchos clavos, buscar nuevos senderos. ¿Funcionaron dichos métodos?

Estamos en el contexto de los círculos, figuras que una y otra vez apuestan en el juego de la vida entre el giro o el colorado. Se puede hacer una apología del amor a lo largo y a lo ancho de este círculo que hoy termina, también se puede nublar la vista y la razón recordando la ligereza de nuestras agujas magnéticas entre cerebro y corazón.

El tiempo en el que las paredes hablaban de tí, las letras de las canciones que en la calle tracionaban mi tregua de olvidarte y aquellas historias etílicas en las que arribabas por la marugada al igual que las lagrimas y el llanto de tú ausencia... hoy termina.

Miedo, dependencia, despersonalización, son ingredientes inequívocos de una comida que no es sana y nutritiva, pero que consumes de manera asidua. Empiezas por dejar cosas que te gustan hacer por agradar y quedar bien, en ese inter te das cuenta que te conviertes en una persona prosaica y terminas por buscarte y no encontrarte.

Pero entonces ¿Funcionaron dichos métodos? Se me ocurre una idea de equilibrio y no de fucionamiento para cerrar este círculo doloroso y lleno de aprendizaje. Hasta hace unas semanas hice un análisis de qué quiero y qué merezco. Y entonces no hay un método si no una piedra filosofal de círculos que se cierran y se abren.